HOMENAJE
A: LUIS
ALBERTO MURRAY
Murray
nació y murió en Buenos Aires de 1923 al 31 de julio de 2002, es
decir a sus 79 años, hasta ultimo momento mantenía irrevocablemente
sus viejas y renovadas pasiones. Fervoroso militante peronista que
fue Poeta, narrador, historiador, humorista, ontológico y periodista
de los diarios Crítica –ingresó en él en 1948 a los 25 años-,
Democracia, Mayoría, El pueblo y (lamentablemente, diríamos hoy)
Clarín. Colaboró en las revistas Vea y lea y Confirmado. Se
desempeñó en la agencia noticiosa Télam. Integró la llamada
primera línea de pensadores nacionales del naciente peronismo junto
a Fermín Chávez, Osvaldo Guglielmino, José María Castiñeira de
Dios y “Pepe” Rosa. Los libros publicados más sobresaliente en
la temática de la investigación histórica son:Pro y contra de
Alberdi y Pro y contra de Sarmiento.
Luis
tenía un humor tan sutil como profundo, se enorgullecía de sus
antepasados irlandeses, de quienes heredó el ingenio y su carácter
exagerado de dureza. Director de la revista satírico-política La
hipotenusa, aparecida durante la dictadura de Onganía, al que
fustigó acerbamente, pero como el general de cartón no entendía
nada... La poesía de Murray, despojada, comprometida, se vale de
metros clásicos, sin retórica con una particular forma expresiva.
América clavada en mi costado, es una de sus más logradas
colecciones de versos, como así también De pie, entre los
relámpagos.
Dejó
para que recordaran su riqueza vivencial a su esposa, Magda González
Pacheco, y su hija Magdalena, sujetos prioritarios de sus afectos.
Cosechó decenas de amigos y centenares de admiradores de su temple y
de la lealtad a sus convicciones.
Tras
la heroica muerte de Bobby Sands y sus compañeros Luis escribió unas
lineas para Margaret Thatcher que hoy las recordamos:
A Margaret Thatcher
En tanto Belfast arde
hasta las casas
que carecen de lumbre en
el invierno
y que de qué calentar si
la tuvieran,
para ti, Maggie Thatcher,
donde el fuego
nunca se apaga, Satanás
apresta
una blanca exclusiva y
victoriana
vecina a la del pío
Enrique VIII,
de la del tierno Cromwell
no remota,
e igual a la que espera el
dulce Paisley.
Con ello te verás, hacia
las cinco,
todas las tardes de tu
vida eterna,
y el tema de la charla
será siempre
la cuestión irlandesa.
Por bebida
no dispondrán de té,
precisamente,
sino de sangre humana en
grandes jarros
de hierro al rojo. Nada de
pasteles
ni bizcochuelo: carne de
huelguistas,
(lo que queda después de
los dos meses).
Bobby Sands y los otros,
mientras tanto,
van siendo incorporados a
la guardia
más intima de Dios.
Túnicas verdes
y arpas doradas los identifican,
un relámpago azul por
armamento,
y San Patricio como
comandante.
Cuanto a ti Maggi, en la
futura sede
deberás reprimir tus
ambiciones:
allí no cambian de primer
ministro.
Luis
Alberto Murray
Alguna bibliografía de Luis:
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