Hambre
– Ocrás – Hunger
Sin duda el arma de sometimiento
más importante usado por las fuerzas de ocupación británicas en Irlanda fue el
hambre, ocrás (en gaélico irlandés), o hunger (en el idioma de los invasores).
Esta arma provoco el genocidio de millones de irlandeses, y el exilio de muchos
otros, entre 1845 y 1850 fue la peor etapa de la llamada hambruna irlandesa que
se le atribuyo a un parasito que comía la papa, pero lo cierto es que Irlanda abastecía
a Inglaterra de muchos otros alimentos en esta misma época, miles
de cabezas de ganado; decenas de
miles de toneladas de harina, granos, carne, aves de corral y productos lácteos,
la flota naval británica controlaba el mar para el traslado de los productos y también
para no permitirle pescar al pueblo irlandés.
En 1848 la población de Irlanda se redujo de 8 a 5 millones, se
calcula que 2 millones emigraron y el resto murió, Para 1850, el 26% de
los neoyorquinos procedían de Irlanda, lo que significa que había más
irlandeses en Nueva York que en Dublín, la propia capital de la nación. Durante
los seis años de hambre, 5.000 barcos realizaron la peligrosa travesía de
5.000 kilómetros por el Atlántico. Muchas de aquellas naves estaban viejas
—algunas incluso se habían empleado para el transporte de esclavos— no se
habían mejorado casi nada los claustrofóbicos camarotes, las condiciones
sanitarias eran nulas, y los viajeros tenían que sobrevivir con mínimas
raciones de alimento.
Miles de
pasajeros, débiles tras la hambruna, cayeron enfermos, y en muchos casos murieron
en alta mar. Las naves que partieron con destino a Canadá en 1847
recibieron el apodo de “barcos ataúd”, pues de los 100.000 emigrantes que
transportaban fallecieron más de dieciséis mil, fuera durante el viaje o poco
después de tocar tierra. En Irlanda, amigos y familiares recibían cartas
en las que se contaba la odisea, pero aun así continuaron emigrando a raudales.
Esta
es una historia de la lucha por libertad, la autodeterminación y la soberanía
“Mi
abuelo una vez dijo que el encarcelamiento de la Alondra es un crimen de la
mayor crueldad, porque la alondra es uno de los grandes símbolos de la libertad
y la felicidad. El a menudo hablaba del espíritu de la alondra, contando la
historia de un hombre que encarcelo a uno de sus queridas aves en una pequeña
jaula, la alondra al sufrir la pérdida de su libertad, no canto más, ya no tenía
razones para estar alegre.
El
hombre que había cometido la atrocidad, como mi abuelo la denomino, exigió a la
alondra que debía hacer lo que él quisiera; esto era cantar fuerte, obedecer
sus deseos y cambiar (la actitud) para satisfacer su gusto. La alondra se
rehusó y el hombre se enojó y se violentó, empezó a apresurar a la alondra para
que cantara, pero inevitablemente no obtuvo resultados. Entonces adopto la
medida más drástica. Cubrió la jaula con un trapo negro, privando al pájaro de la
luz del día. Le hizo pasar hambre y le dejo pudrirse en la sucia jaula, pero el
pájaro todavía se negaba a ceder. El hombre la asesino”. (Sands 1981)
Esta
es una historia de un hombre que luchó contra la opresión
Robert
Gerard Sands, en irlandés Roibeárd Gearóid Ó Seachnasaigh, más conocido como Bobby Sands.
Fue un ser humano común y corriente, normal, como cualquiera de
nosotros, pero frente a situaciones extraordinarias que le tocaron vivir en su
vida reaccionó la manera mas digna que puede reaccionar un ser humano y esa
dignidad va asociada a la solidaridad y a la sensibilidad que debemos tener
todos los seres humanos.
El era un joven que le toco vivir en uno momento
difícil, en un lugar difícil, había nacido el 9 de marzo de 1954 en Belfast,
Irlanda, en el barrio de Rathcoole que es una zona típicamente unionista (pro
británica) de mayoría protestante y donde la bandera británica flamea en la
mayoría de las casas del lugar.
En 1972 La familia Sands se traslado a Twinbrook,
una zona nacionalista irlandesa en los suburbios. La decisión no había sido
voluntaria, su casa como la de todos los católicos había sido atacada, una vez
fueron disparos, otra basura arrojada a través de las ventanas y casi todos los
días insultos por parte de los jóvenes de la orden de orange (una especie de
KKK británico).
“Todo
mi mundo y mi entorno, sucumbió, explotó alrededor de mí. Había visto demasiados
hogares destrozados. Padres e hijos arrestados, vecinos heridos, amigos
asesinados. Demasiados tiroteos, demasiado gas y sangre. La gran mayoría infligido
a mi gente. Cuando tenía dieciocho años me alisté como voluntario en el IRA”
En octubre de 1972 Sands se había incorporado a los
provisionales de IRA.
“porque
es el único camino para lograr nuestra libertad”
La adolescencia de Sands había transcurrido entre
los dos mundos en que se divide la parte norte de Irlanda. Los ghettos
católicos donde estaban todos sus amigos en los que podía ver a la gente
viviendo en condiciones miserables, allí las oficinas de empelo mostraban un
cartel significativo: “catolics no use”, es decir no hay trabajo si eres
católico, allí también las invasiones de los paramilitares protestantes eran
moneda corriente.
En 1972 Sands es detenido, tras apenas dos meses de
militancia activa en el IRA. Entre 1972 y mediados de 1976 adquiere una
formación intelectual e ideológica superior a la media de los militantes del
IRA. Se convierte en un estudiante aventajado de gaélico, que pasará a dominar
perfectamente y luego enseñaría a los presos de los bloques H, y toma contacto
con los principales teóricos e ideólogos de la revolución colonial/tercermundista,
el Che Guevara, Camilo Torres y Frantz Fanon entre otros. A ello se une todo el
historicismo nacionalista feniano, 1916 y Pearse. Como diría Gerry Adams, que
cumplía condena en Long Kesh en el mismo periodo, “en la cárcel nuestros
referentes eran 1916 y el Che Guevara”
Luego
de los tres años recupera su libertad y vuelve a Twinbrook y prosigue su
actividad militante, convirtiéndose rápidamente en un líder de la zona. Seis
meses mas tarde lo vuelven a detener y esta vez los jueces pertenecientes a la Orden de Orange lo condenan
a 14 años de prisión, sin atender las pruebas presentadas por su abogado en la
que quedaba demostrado que Sands fue salvajemente torturado.
El 1 de marzo de 1976 el Gobierno Británico a manos
de Margaret Thatcher revocó la categoría de status especial conferida a
prisioneros republicanos y lealistas, fueron considerados criminales comunes, concentrados fundamentalmente en un nuevo complejo carcelario
construido en Belfast, y conocido por el nombre de la Prisión del Laberinto, en
ingles Her Majesty's Prison Maze.
Sands es trasladado a la Prisión de Maze, El
Laberinto, Long Kesh fueron algunos de los nombres utilizados para
referirse a uno de los lugares más horrorosos que inventaron los británicos
para doblegar al pueblo irlandés, de la misma forma que los nazis tenían los
campos de exterminio, o los que usaba el gobierno Sudafricano en los tiempos
del apartheid, o los que Israel pose territorio ocupado para castigar a la
resistencia Palestina, o el campo de concentración que tienen los
norteamericanos en Guantánamo o, los campos de concentración que tenía la última
dictadura militar en la Argentina como la ESMA , Campo de Mayo, etc. Gran Bretaña erigió
este centro de detención a unos 14
Km . al suroeste de Belfast. Allí el objetivo era
doblegar la moral del condenado, envilecerlo, atormentarlo mediante todo tipo
de sevicias en prolongados interrogatorios y por último, -a estilo de lo
practicado con los brigadistas en Italia o los etarras en Euskadi- presentarlo
como “un arrepentido”.
Durante años han pasado por ese centro tortura miles
de voluntarios del IRA, quienes a partir de una ilimitada confianza en sus
propias fuerzas y de una indoblegable coherencia ideológica, han podido vencer
los objetivos de sus carceleros.
Desde
la cárcel de Long Kesh a al que fue trasladado, Sands comienza a escribir
poemas y denuncias sobre el padecimiento de los detenidos. También critica la
actitud hipócrita de los políticos del Sur que no reaccionan como deben ante
los atropellos que sufren los irlandeses del Norte.
“Yo solo era un trabajador de un ghetto
nacionalista, fue la represión la que hizo nacer en mí el espíritu
revolucionario de la libertad” decía.
Sands
resistía en la cárcel, enviaba mensajes en papel higiénico o recordaba lo que habían
sido esos escasos seis meses de la libertad que le tocó vivir. Espacio de tiempo
en el que trabajó en la Cruz Roja
Irlandesa (Cruz Verde); se vinculo con las comisiones vecinales juntando fondos
para los presos y sus familias y hasta editó una hoja informativa: “Libertad”.
En 1975 la población carcelaria rozaba los límites
de hacinamiento. Tres mil republicanos sobrevivían en sus calabozos. Fue
entonces que la intervención inglesa creo los denominados Bloques H. por la
forma que estaban ubicados. Eran verdaderas tumbas donde fueron alojados
solamente los presos políticos a los que Londres sólo reconocía como
“convictos” o presos comunes.
En septiembre de 1976 Sands escribía desde la
prisión:
“Estoy
ahora en los Bloques H, donde me niego ser sometido al capricho de los que nos
oprimen, nos torturan y atacan nuestra dignidad. Tengo el espíritu de la
libertad que no será destruido ni aun con el más horroroso de los tratamientos.
Por supuesto, que pueden matarme, pero mientras permanezca vivo, seguiré siendo
lo que soy: un prisionero político”.
A estos bloques fueron a parar 400 detenidos que
oponiéndose a aceptar la condición de “criminales” y “comunes”, se negaban a
vestir la ropa carcelaria indicada para dicha calificación. Por lo tanto, durante
años permanecieron desnudos solo tapados por una manta.
Ciaran Nugent fue el primer militante del IRA que
se negó a aceptar la nueva legislación dentro de las prisiones de Irlanda del
Norte. Rehusó llevar el uniforme de prisión, para pasar a vestirse con una
simple manta. Nugent hacía de esta manera honor a los antiguos militantes
fenianos de la IRB (Hermandad Republicana Irlandesa), que también rechazaron el
uniforme de prisión en las cárceles Victorianas. A partir de él todos los
militantes republicanos que entraban a la prisión hicieron lo mismo, comenzaban
así una protesta que duraría 5 años, reclamando que el Gobierno británico
reintrodujese la legislación que les reconocía como prisioneros políticos. La
protesta, se conoció como blanket protest (protesta de la manta), o “los hombres de las mantas” (blanketmen)
y en la prisión de mujeres de Armagh sucedía lo mismo.
La inflexibilidad de la premier británica Margaret Thatcher no
se hizo esperar y les negó el derecho a hacer ejercicio, a leer o a usar las
instalaciones. La clasificación de estos como criminales
comunes se concebía dentro de la estrategia de Ulsterización/
criminalización lanzada por el Gobierno británico, a mediados de la década
de los setenta.
“La
mayor parte de cada eterno día al que debo enfrentarme lo tengo que llenar con
pensamientos. No tengo nada más para hacer frente a largas e interminables
horas de confinamiento. La soledad y el aburrimiento son cosas terribles. De
forma continuada y sin descanso. No tengo sino un arma para batirles: Mis
propios pensamientos”
A lo que los presos en
1978 respondieron con la negativa a afeitarse, lavarse y esparcían sus
excrementos y su orín por la celda, es fase de la lucha se la denomino dirty protest (protesta sucia),
Thomas O´Fiach, el arzobispo
católico de Armagh, en su visita a los prisioneros republicanos en 1978 decía:
“No conozco a nadie que pudiera mantener a un
animal en tales condiciones, por no hablar de un ser humano. La experiencia más
cercana a lo que he visto en las cárceles, fue el espectáculo dantesco de
centenares de sin techo viviendo en las calles de Calcuta. Cualquiera que sepa
algo de la historia de Irlanda, sabe cuáles son las raíces de tal actitud en
nuestro pueblo. En estado de
perpetuo aislamiento y aburrimiento mantienen su
cordura estudiando irlandés. Es una indicación del triunfo del espíritu humano
en condiciones terriblemente adversas, el hecho de que se comuniquen entre
ellos en gaélico, que se canten unos a otros canciones en el mismo idioma y
entonces sean escritas con pasta
de tubo dentífrico en paredes
llenas de secreciones”.
En 1979 durante la protesta sucia Bobby decía:
“Sabemos
(los prisioneros) que junto a los camaradas del Oglaigh na hEireannn [IRA (Voluntarios de
Irlanda en gaélico)] afuera y vosotros, el pueblo revolucionario,
podemos conseguir la victoria que garantice la felicidad y la justicia para
futuras generaciones, y no la opresión. Realmente nos debemos asegurar de que
llevamos nuestra lucha hasta el final con el objetivo de instaurar una
República Socialista de 32 condados. De lo contrario las cosas permanecerán
igual”.
“Debo
resistir, no tengo a dónde ir. Mi tumba puede ser mi sepultura. Estoy rodeado
por una jungla de alambres. El monstruo [Inglaterra] ruge, viene a por mí.
Jamás saldrás de aquí, si no haces lo que te digo. Recuerdo, y es algo que
nunca olvidaré cómo el monstruo [Inglaterra] se llevó la vida de Terence
MacSwiney, Michael Gaughan, Frank Stagg y Hugh Coney. No van a destruir mi
espíritu, mi identidad, no dejaré que lo hagan. Pueden hacer conmigo lo que
quieran, pero jamás les entregará mi espíritu. Dios, la vida es dura para los
oprimidos, pero resistir es vencer. El permanecer imbatido en espíritu es una
victoria. Bendito es aquel que mantiene la esperanza [...]”.
El poeta William Butler Yeats
describe en una poesía sobre Levantamiento de Pascua de 1916 como “una terrible
belleza ha nacido” Bobby hace una poesía y en el final le pone nombre a esa
terrible belleza.
“Blanco
y amarillo son los colores de Dios y de la Pascua/ Las rosas blancas y
amarillas reflejan la pureza de la libertad y su esencia ha sido bebida por el
oprimido, elevando su corazón/ Han florecido en la forma de rebeliones
asesinadas/ Esas preciosas rosas/ Han sangrado en una piadosa agonía por los
mezquinos vientos de una tierra extraña [Inglaterra]/ Son Pearse y Connolly,
esta terrible belleza”
Mi
situación es radicalmente opuesta a la de cualquier criminal ordinario. Soy un
prisionero político, un soldado republicano que lucha por la libertad de su
país, no sólo en cautividad, donde ahora languidezco, sino en el exterior,
donde mi país sigue estando cautivo. He sido capturado y enjaulado, pero como
la alondra también he visto lo que sucede en el exterior de la jaula. ¿No
tenemos aquí suficientes alondras como prueba de lo que digo? Nuestra historia
está repleta de ellos: los MacSwiney, los Gaughans, y los Stagg, ¿saldrán más
de los bloques H? No concluiré mi relato sin finalizar la historia de mi
abuelo. Una vez le pregunté qué sucedió con el malvado hombre que enjauló, torturó
y asesinó a la alondra. Hijo, me dijo, una vez cayó en una de sus propias trampas
y nadie le ayudó a escapar, su propia gente le dio la espalda, y agonizó en la
misma tierra que él había sembrado con tanta sangre. Las alondras vinieron, y a
modo de venganza le extrajeron los ojos. A partir de entonces las alondras
cantaron como nunca. Abuelo, le dije, ¿no será el nombre de aquel hombre John
Bull [Inglaterra]? Tiocfaidh ár la [nuestro día llegará]”.
A fines de 1979, los prisioneros republicanos
sintetizaron sus reivindicaciones en cinco demandas, las famosas cinco
demandas, ya 1980, casi mil presos del IRA eran enviados a
los Bloques H y de allí surgió la dedición de pelear por cinco puntos
reivindicativos:
1. El derecho a usar su propia ropa en todo momento
2. El derecho de no ser obligados a realizar tareas serviles, aceptando hacer
trabajos necesarios para el mantenimiento y limpieza de las áreas de la prisión
ocupada por ellos mismos. Así como espacios de tiempo libre entre las horas de
trabajo a los fines de estudio.
3. El derecho a vincularse entre ellos en las horas de recreación y de
asociarse para tareas internas.
4. El derecho a visitas semanales, a recibir cartas y paquetes, así como
para organizar su educación y diversión dentro de la cárcel.
5. el derecho a la remisión parcial de las sentencias, al igual que los
otros condenados.
Al
no obtener ningún tipo de dialogo desde Londres y al haber agotado los recursos
de las etapas de la lucha emprendida en 1976 surgió como culminación de esa
lucha la decisión de iniciar una huelga de hambre.
Como
señalaron oportunamente los propios protagonistas, no se trató de una
estrategia republicana premeditada, sino de la respuesta personal de los presos
republicanos, que no tenían más arma que su propio cuerpo ante la falta de
voluntad de diálogo por parte de Londres. La estrategia que desarrollo Sands
para que no quedaran dudas de que esa lucha era hasta el final fue que
empezarían la huelga en forma separada por intervalo de una semana entre cada
voluntario, de esta forma no había retroceso.
En enero de 1981 Bobby muestra su intención al IRA
de reiniciar una huelga de hambre que habría de liderar él mismo, aun a
sabiendas de no contar con el beneplácito de la Ejecutiva Militar. El argumento
de Sands es que la derrota en las cárceles es inaceptable, porque ésta es a su
vez una vergonzante derrota para todo el movimiento republicano:
“Aceptamos
el derecho del ejército [el IRA] para llevar a cabo operaciones encaminadas a
lograr la liberación nacional, de la misma forma que nosotros aceptamos las
trágicas consecuencias que pudieran derivarse de esta decisión y el hecho
ineludible de que nuestra propia muerte no garantice la consecución de las
demandas. Asumimos que la lucha debe continuar en el exterior. De la misma
manera, esperamos que aceptéis que la lucha en los H-Block, como una parte más de
la lucha por la liberación nacional, debe mantenerse al unísono”
El 1 de marzo de 1981 Bobby Sands, el
comandante responsable del IRA en esta prisión, comenzó la huelga de hambre
coincidiendo con el quinto aniversario de la revocación del estatus de prisioneros
políticos.
De esas jornadas de prisión y huelga de hambre se
pudieron rescatar algunos relatos que fueron condensados en el libro “One day
on my life” que prologo el Premio Nobel de la Paz , Sean Mc Bride. Allí Sands describe los
tormentos cotidianos
“yo era un esqueleto, nada tenia que ver con lo que
fui, pero no me importa, nada importa realmente que no sea mantenerse entero.
Me vuelvo a enrollar en mi manta mientras el frío muerde mi carne una vez más.
Ellos no tienen nada en todo su arsenal imperial, capaz de quebrar el espíritu
de un solo prisionero político republicano que se rehúsa a ser quebrado. Ellos
jamás podrán romper nuestro espíritu. Me vuelvo a enrollar en la manta una vez
mas mientras mi cuerpo tiembla y estoy helado, la nieve atraviesa mi ventana y
cae sobre mi frazada. Tiocfaidh ár lá me dije, tiocfaidh ár lá” nuestro día llegara en Gaélico irlandés, se pronuncia [choqui ar la].
En
el día 40 de su huelga de hambre (el 9 de abril de 1981) escribía:
“He
luchado contra el monstruo una vez mas, hoy…ha sido duro…mi cuerpo está débil y
tengo frío, estoy solo, pero desde alguna parte escucho voces familiares que me
animan, ‘estamos contigo no te rindas’…, necesito oír esas voces. Debo
soportarlo, debo, debo…mañana volveré a luchar contra el monstruo y sus diablos
nuevamente…”
Al día siguiente, Bobby vencía al monstruo en su
propia guarida. Postulado como candidato por el Sinn Féin (brazo político del
IRA) obtenía 30.492 votos y ganaba los comicios para entrar en el Parlamento Británico,
derrotó al candidato protestante en una campaña improvisada y en el que el
único programa político eran las reivindicaciones de los presos.
La batalla a muerte de Bobby conmovió al mundo, desde
todas partes llegaban mensajes de adhesión a su lucha y de repudio a la
inflexibilidad británica, Mientras el guerrillero irlandés y sus compañeros
agonizaban, el Papa Juan Pablo II intento convencerlos de “lo inútil de ese
sacrificio”, Sands fue muy claro con enviado, el secretario del Papa John
Magge: “esta lucha es hasta la victoria”.
Los últimos días de Sands fueron terribles, ciego
por completo, con sus huesos que al atravesarle la piel le producían fortísimos
dolores, no cedía. En las calles mientras tanto, miles de manifestantes
coreaban día a día el nombre de Sands y el de sus compañeros de cárcel.
La
activista Bernardette Devlin sentenciaba: “si Bobby muere Inglaterra quedara
como un leproso ante el mundo civilizado”.
Pero el 5 de mayo las fuerzas de Bobby se
extinguieron, el servicio penitenciario daba un escueto comunicado “Mr. Robert
Sands, un recluso de Maze, murió a la 1.17 de esta madrugada, el se quito la
vida rehusando alimentos y asistencia medica”. La deshumanizada referencia de
un comunicado de prensa de la oficina inglesa para Irlanda del Norte, no podía
ocultar lo que en realidad estaba ocurriendo ese 5 de mayo de 1981, de una
punta a la otra de los 32 condados del mapa irlandés unificado.
Tras 66 días de huelga de hambre, a los 27 años de
edad (desde los 18 estuvo en prisión) Sands asestaba con su muerte un costoso
golpe a la prepotencia de la Sra. Thatcher y convocaba a la rebelión a miles de
jóvenes irlandeses que convirtieron el gesto de Bobby en un símbolo de moderno
de “moral revolucionaria”
Su madre se mantuvo firme y con una dignidad
increíble no se dejo llevar por las presiones que le hablaban de “evitar la
muerte” de su hijo. Se lo había prometido a Bobby antes de que este perdiera la
conciencia y pronunciara las ultimas palabras: “Los amo, eres la mejor madre del mundo, estuviste a mi lado…”.
“Alguien dijo un día que es difícil ser la madre de
un héroe. Nadie sabe eso mejor que la señora Sands, que tuvo que soportar la
visión de ver diariamente crucificado a su hijo durante sesenta y seis días
hasta ser finalmente asesinado. La señora Sands simboliza a todas las madres
irlandesas que generación tras generación ven a sus hijos partir para luchar
por la libertad de Irlanda” (O´MALLEY,
P. 1990, Biting at the grave (The Irish Hunger Strikes and The Politics of Despair)).
Su muerte fue otra vez el final y el principio,
miles de jóvenes se lanzaron a las calles de Belfast para vengar su dirigente.
Un cuartel de policía fue destruido por la muchedumbre.
Mientras de desde Londres la “dama de hierro”
parecía no acusar el impacto al señalar que “el terrorismo es un crimen y el crimen
siempre será castigado como tal”, millares de republicanos comenzaron a desfilar
por el velatorio de Sands frente a la casa de sus padres en Belfast, militantes
del IRA colocaron el primer monumento con una inscripción que exigía “paz,
justicia y libertad”.
Los balcones de todas las casas republicanas,
incluso la de los barrios unionistas desafiaron la presencia militar inglesa
colocando banderas negras y republicanas.
Su entierro fue una de la más importante concentración
republicana, cerca de 40.000 personas acompañaron sus restos hasta el
cementerio de Milltown, el féretro fue cubierto con la bandera tricolor (verde,
blanca y naranja) estuvo precedido por los gaiteros y escoltado por cuatro
voluntarios del IRA con uniforme militar y rostro cubierto que hicieron la
típica descarga al aire con sus armas y la multitud rugió: “el IRA manda” y
“Bobby serás vengado”
En los días posteriores mientras la violencia
callejera crecía y parecía desbordar a las tropas británicas, fallecían en la prisión:
Francis Hughes el 12 de mayo; Raymond Mc Cresh y Patsy O’Hara el 21
de mayo; Joe Mc Donell el 8 de julio; Martin Hurson el 13 de Julio; Kevin Lyinch el 1 de agosto; Kieran Doherty el 3 de agosto; Thomas Mc Elwee el 8 de agosto; y Mickey Devine el 20 de agosto.
Pero la Sra.
Thatcher siguió eligiendo la guerra y no escucho los ruegos
del cardenal primado de Irlanda, Thomas O’Fiaich o los del líder laborista John
Hume. Solo en octubre y después de que los presos decidieran levantar la
medida, la Corona
se dignó a conceder dos de los cinco puntos reclamados por los huelguistas, uno
de ellos era el poder vestir con su propia ropa y fue recogido como una gran
victoria republicana. Así lo manifestó el líder del Sinn Fein, Gerry Adams:
“esto se ha logrado con el esfuerzo y el coraje de nuestros valientes presos
republicanos”.
El 15 de noviembre del ´81 el IRA volvía a demostrar
que estaba dispuesto a seguir el combate. Ese mismo día ejecuto a un miembro
protestante del parlamento británico el reverendo Robert Bradford miembro de la
orden de Orange y voló con explosivos la casa del procurador inglés, Sir Michael
Havers, en Londres que en ese momento se encontraba de viaje con su familia en
España.
Havers fue el representante por parte de la corona en
el caso los Cuatro de Guildford y también de la familia Maguire (conocido como los siete Maguire), todos los cuales fueron condenados injustamente
siendo inocentes. Colectivamente,
atendieron a un total de 113 años de prisión y uno de los siete Maguire,
Giuseppe Conlon, muerto en prisión, condenado sobre la base de las pruebas forenses
desacreditadas. Caso que se hizo mundialmente conocido por el film de 1993
llamado “En nombre del padre” del director Jim Sheridan
Los dos
atentados fueron reivindicados simbólicamente por la “Brigada Bobby Sands”.
Algo más que un símbolo.
Esta
fue la historia de la alondra y del héroe irlandés Bobby Sands los dos tuvieron
el mismo espíritu de libertad.